de Novalis a Joaquín

El amor y la muerte:

El romántico asocia amor y muerte, como ocurre en el Werther de Goethe. El amor atrae al romántico como vía de conocimiento, como sentimiento puro, fe en la vida y cima del arte y la belleza. Pero el amor acrecienta su sed de infinito. En el objeto del amor proyecta una dimensión más de esta fusión del Uno y el Todo, que es su principal objetivo. Pero no alcanzará la armonía en el amor.
    El romántico ama el amor por el amor mismo, y éste le precipita a la muerte y se la hace desear, descubriendo en ella un principio de vida, y la posibilidad de convertir la muerte en vida: la muerte de amor es vida, y la vida sin amor es muerte.
    En el amor romántico hay una aceptación de la autodestrucción, de la tragedia, porque en el amor se deposita la esperanza en un renacer, en la armonía del Uno y el Todo. En el amor se encarna toda la rebeldía romántica: "Todas las pasiones terminan en tragedia, todo lo que es limitado termina muriendo, toda poesía tiene algo de trágico" (Novalis). En la muerte, el alma romántica encuentra la liberación de la finitud.

Extraído de aquí.

Yo no quiero un amor civilizado, 
con recibos y escena del sofá; 
yo no quiero que viajes al pasado 
y vuelvas del mercado 
con ganas de llorar. 

Yo no quiero vecínas con pucheros; 
yo no quiero sembrar ni compartir; 
yo no quiero catorce de febrero 
ni cumpleaños feliz. 

Yo no quiero cargar con tus maletas; 
yo no quiero que elijas mi champú; 
cortarme la coleta, 
mudarme del planeta, 
brindar a tu salud. 

Yo no quiero domingos por la tarde; 
yo no quiero columpio en el jardin; 
lo que yo quiero, corazón cobarde, 
es que mueras por mí. 

Y morirme contigo si te matas 
y matarme contigo si te mueres 
porque el amor cuando no muere mata 
porque amores que matan nunca mueren. 

Yo no quiero juntar para mañana, 
nunca supe llegar a fin de mes; 
yo no quiero comerme una manzana 
dos veces por semana 
sin ganas de comer. 

Yo no quiero calor de invernadero; 
yo no quiero besar tu cicatriz; 
yo no quiero París con aguacero 
ni te quiero sin ti. 

No me esperes a las doce en el juzgado; 
no me digas "volvamos a empezar"; 
yo no quiero ni libre ni ocupado, 
ni carne ni pecado, 
ni orgullo ni piedad. 

Yo no quiero saber por qué lo hiciste; 
yo no quiero contigo ni sin ti; 
lo que yo quiero, muchacha de ojos tristes, 
es que mueras por mí. 

Y morirme contigo si te matas 
y matarme contigo si te mueres 
porque el amor cuando no muere mata 
porque amores que matan nunca mueren.




Y si queremos hilvanar más aún, lo enlazamos con Derek, Audrey y Albert...

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