olor de ayer

En otras ocasiones en este cuaderno he escrito que hay poemas que no me convencen y, sin embargo, me encantan versos sueltos; y al revés, hay poemas a los que les suprimiría de buen grado algún verso. Esta canción que sigue me gusta mucho; me recuerda al tipo de pop español con el que me crie, musicalmente hablando; pero, sobre todo, lo que me encanta es esta parte de la letra:
ayer, 
pretendías que yo siguiera esperando tu olor en casa.
Esa alusión al mamífero me gusta, metida entre tanta otra consideración.
Vamos a ello:


Olvídalo todo, dirección despedida, 
un paso adelante, mil contrapartidas. 
Olvídalo todo, me sale del alma, 
lo doy por zanjado, tu silencio me calma. 

Deja que vuelque mis fuerzas en verte salir por la puerta, 
deja que en vez de esperarte me esperen sillón y cerveza. 
Deja que hoy no me arrepienta. 

Ayer, 
pedías mas tiempo, 
ayer, 
me dabas la espalda, 
ayer, 
pretendías que yo memorizara tus vueltas a casa. 

Ayer, 
decidí que bastaba, 
ayer. 
premedité mi venganza, 
ayer, 
pretendías que yo siguiera esperando tu olor en casa. 

Olvídalo todo, gestiones distintas, no, 
no juegues con fuego si yo soy tu cerilla. 
Olvídalo todo, y vete de mi vida, yo, 
yo borré tus reproches y tiré tus mentiras. 

Deja que siga esperando princesas entre bambalinas, 
deja que siga buscando el motor que sutura tu herida, 
deja que hoy no me arrepienta. 

Ayer, 
pedías mas tiempo, 
ayer, 
me dabas la espalda, 
ayer, 
pretendías que yo memorizara tus vueltas a casa. 

Ayer, 
decidí que bastaba, 
ayer. 
premedité mi venganza, 
ayer, 
pretendías que yo siguiera esperando tu olor. 

Ayer, 
todo era ayer, 
ayer, 
que memorizara tus vueltas a casa, 
ayer, 
decidí que bastaba, 
ayer. 
premedité mi venganza, 
ayer, 
pretendías que yo siguiera esperando tu olor en casa.

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