amarillo

Recopilaba canciones de jazz como quien engarza cuentas en collares que luego regala. Nosotros éramos los destinatarios de aquellos collares, una colección que llegó hasta casi la decena. ¿O siguió y yo le perdí la pista? Hace unos días cayeron en mis manos las fotografías de aquellos años donde se fraguaron las colecciones. Creo que la palabra más adecuada es incredulidad: incredulidad de lo que estaba viendo. Me alegro de haber formado parte de tanta belleza. Si yo era uno más de aquello que tenía delante, puedo decir que fue un privilegio y un honor.
Hoy repasaba el número ocho, el último que tengo, y apareció una pieza en la que no había reparado. Es la que sigue.
A veces la juventud y el talento son capaces de darle una vuelta de tuerca más a lo que ya parecía imposible. En el caso que me ocupa en esta entrada algo indispensable para hacer lo que hacen es la limpieza. Y esa limpieza no necesariamente está ligada a la juventud.
Herbie me parece un sabio que ya está de vuelta de todo y que no ha perdido ni un ápice de la limpieza de la que antes hablaba y de una cosa más, muy difícil de conservar: las ganas de seguir y de indagar. A su lado, Damien y Lisa parecen niños. Juntos los tres producen un efecto: refractan sus luces. Y el resultado de esa refracción es un milagro creativo.

Una última cosa: lo de la libretita de Damien es de mascletà.



Hush now, don't explain
Just say you'll remain
I'm glad your back, don't explain

Quiet, don't explain
What is there to gain
Skip that lipstick
Don't explain
 
You know that I love you
And what endures
All my thoughts of you
For I'm so completely yours
 
Cry to hear folks chatter
And I know you cheat
Right or wrong, don't matter
When you're with me, sweet
 
Hush now, don't explain
You're my joy and pain
My life's yours love
Don't explain

La canción, como no podía ser de otra forma, no viene de un lugar cualquiera.

El otro caso que hoy quiero abordar está ligado a este tema que hace más de cuatro años publiqué. Lo de Tom es algo de tal calado que un servidor se pregunta cómo es posible. Abordar esa canción, esa genialidad -es lo que me parece, sin hipérboles de por medio- sin caer en el ridículo me parece tarea de éxito improbable. Bien, pues Cibelle lo hizo a principios de este siglo; traduzco: con veinte y pocos, muy pocos años...
Tom aparece en los coros sin taparla, moderándose, que ya es.

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