(...) derraman lágrimas recordando juegos de niños protagonizados por la pólvora...
Jon lo clavó. Con un solo día le bastó para verlo, no con lo ojos. Yo dispuse de dos días: el del 8.5 y el del 11. También, como él, lo vi desde el primer día: aquello era una comunión, un ritual oficiado por una sacerdotisa mayor. Hoy ya todo acabó y comienzan los fuegos artificiales por la noche. La resaca de esta última semana va a ser de aúpa. De la entrada de lo ocurrido hace siete días a la de ahora han pasado años, siglos.
A Antonio, a todo esto el artífice del milagro, habría que sacarlo en carroza. Los demás estaríamos encantados de formar parte de su séquito.
Un ritual por Faralaes!!!
ResponderEliminarYa me gustaría conocer al tal Antonio!.
ResponderEliminarAlgo así no lo monta cualquiera.
Efectivamente, las carrozas son para gente no cualquiera...
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