catedral con marciano

Si el deporte es lo que es más una metáfora catedralicia, esto que sigue sería la madre de las metáforas.
Me leí esta crónica cuyo final me pareció soberbio:
Grande Nadal, elegante en la derrota; gigante Federer, un marciano disfrazado de tenista.

sir

El minuto 3 se detiene, se para. Lo hace como sólo pueden hacerlo los grandes.
Las caras de la gente de su gremio son denotativas.
Añoranzas. Pérdidas.
Buen camino. Cómo te vamos a echar de menos.
Aquí hay una galería de imágenes para la posteridad.




virtud, sustancia o vigor

Me escribió:
Desvirtuarse será algo así como perder ciertas virtudes, ¿no?
Y me fui directo a la fuente. Brutal.

desvirtuar
 
1. tr. Alterar la verdadera naturaleza de algo. U. t. c. prnl.
2. tr. Quitar a algo la virtud, sustancia o vigor. U. t. c. prnl.

la hija de Herodías

Hay algo obsceno, algo inquietante en esta Salomé. Es de 1510, obra de Sebastiano del Piombo. Entre las muchas cosas que me sorprenden de la obra, la edad del autor es quizás la mayor: veinticinco años aproximadamente, quizás menos. Muy pocos para ser ya conocedor de semejantes intríngulis que quedan reflejados en su lienzo.
Italia abruma.


cómo será Glasgow

Los reyes de la melodía. Los reyes del horterismo. Los reyes de la elegancia. No son monárquicos por casualidad.
Igual Mike tiene razón y no sólo está proyectando lo suyo, que también.
Tinseltown y Brookside son series de televisión de por aquellos parajes húmedos.
Aquí también llueve.
Como un ruego, como una oración, give me the mind of someone my equal.

I want the world to stop (I want the world to stop)
Give me the morning (Give me the understanding)
I want the world to stop (I want the world to stop)
Give me the morning, give me the afternoon
The night, the night
Let me step out of my shell
That's wrapped in sheets of milky winter disorder
Let me feel the air again, the talk of friends
The mind of someone my equal
I want the world to stop (I want the world to stop)
Give me the morning (Give me the understanding)
I want the world to stop (I want the world to stop)
Give me the morning, give me the afternoon
The night, the night
Tinseltown has followed me from Tinseltown to
Grey adorable city by the docks
Girls will walk in moving air
The sun hangs low, the girls don't care
As they paint themselves at dusk
I want the world to stop (I want the world to stop)
Give me the morning, give me the afternoon
The night, the night
Towns' and cities' populations up and grow
The workers move to the suburbs
In between I watch and go
I run alongside rush hour traffic
A prayer for every car
I want the world to stop (I want the world to stop)
Give me the morning (Give me the understanding)
I want the world to stop (I want the world to stop)
Give me the morning, give me the afternoon
I want the world to stop (I want the world to stop)
Give me the morning (Give me the understanding)
I want the world to stop (I want the world to stop)
Give me the morning, give me the afternoon
The night, the night
I want to write a message to you
Every day at ten o'clock in the evening
Yellow pearl my city is
This is your art
This is your Balzac, your Brookside, and your Bach.


qué nos pone: un ejemplo

KAREN:
I know there are women, like my best friends, who would have gotten out of there the minute their boyfriend gave them a gun to hide.
"Fha!  You and your gun. Get out of here, who needs you?"
That's what they would have said to him. But I didn't. I've got to admit the truth. It turned me on.

KAREN:
The truth was, that no matter how bad I felt, I was still very attracted to him. Why should I give him up to someone else? Why should she win?

El palimpsesto de Manhattan. O lo que ya escribió Jaime.

Manhattan Sunday es un libro de fotografías de Richard Renaldi. El tal Richard fotografía la madrugada del domingo en Manhattan, su desnudez y los pobladores que surgen de los clubes nocturnos gays, la limpieza de las calles, la prostitución. Richard compone una genialidad a la que llegué por casualidad y en la que entré de cabeza como quien entra en un territorio misteriosamente conocido de antemano. Aquí hay un reseña en inglés.
Te acompañan las barras de los bares 
últimos de la noche, los chulos, las floristas, 
las calles muertas de la madrugada... 


















Jaime desdoblado

Contra Jaime Gil de Biedma

De qué sirve, quisiera yo saber, cambiar de piso, 
dejar atrás un sótano más negro 
que mi reputación -y ya es decir-, 
poner visillos blancos 
y tomar criada, 
renunciar a la vida de bohemio, 
si vienes luego tú, pelmazo, 
embarazoso huésped, memo vestido con mis trajes, 
zángano de colmena, inútil, cacaseno, 
con tus manos lavadas, 
a comer en mi plato y a ensuciar la casa?
Te acompañan las barras de los bares 
últimos de la noche, los chulos, las floristas, 
las calles muertas de la madrugada 
y los ascensores de luz amarilla 
cuando llegas, borracho, 
y te paras a verte en el espejo 
la cara destruida, 
con ojos todavía violentos 
que no quieres cerrar. Y si te increpo, 
te ríes, me recuerdas el pasado 
y dices que envejezco.
Podría recordarte que ya no tienes gracia. 
Que tu estilo casual y que tu desenfado 
resultan truculentos 
cuando se tienen más de treinta años, 
y que tu encantadora 
sonrisa de muchacho soñoliento 
-seguro de gustar- es un resto penoso, 
un intento patético. 
Mientras que tú me miras con tus ojos 
de verdadero huérfano, y me lloras 
y me prometes ya no hacerlo.
Si no fueses tan puta! 
Y si yo no supiese, hace ya tiempo, 
que tú eres fuerte cuando yo soy débil 
y que eres débil cuando me enfurezco... 
De tus regresos guardo una impresión confusa 
de pánico, de pena y descontento, 
y la desesperanza 
y la impaciencia y el resentimiento 
de volver a sufrir, otra vez más, 
la humillación imperdonable 
de la excesiva intimidad.
A duras penas te llevaré a la cama, 
como quien va al infierno 
para dormir contigo. 
Muriendo a cada paso de impotencia, 
tropezando con muebles 
a tientas, cruzaremos el piso 
torpemente abrazados, vacilando 
de alcohol y de sollozos reprimidos. 
Oh innoble servidumbre de amar seres humanos, 
y la más innoble 
que es amarse a sí mismo!

Aquí está el poema leído por el propio Jaime. Y aquí una nota de prensa suculenta.

el final del domingo

de Caspar a John

A día de hoy las noticias sobre el aumento de las temperaturas planetarias, la reducción de la superficie helada de los polos y todas las consecuencias que conlleva el asunto me parecen redundantes. Sin embargo, contradicción de por medio, de repente y sin conciencia de ello me he visto leyendo este artículo al respecto; en realidad no le he llegado a leer más que en diagonal porque, efectivamente, me aburre. Pero me he encontrado con esta fotografía que sigue, que me ha parecido extraordinaria, y se me ha ocurrido averiguar quién es el autor, un tal John Weller: línea, bingo y cartón. Por momentos me recuerda a Caspar David. No por casualidad su presentación de fotografías empieza con la que descubrí y acaba con Caspar. Aunque hay una diferencia a primera vista, y es que el alemán carecía de sentido del humor en su obra y el americano, no.
El final del vídeo del artículo citado, hiperrealismo.



-()¿?-

De todas las artes (¿bellas artes?), quizás sea esta la que más envidio, la de imaginar una música -de este calado que sigue- mentalmente (¿mentalmente?)y, además, interpretarla. Parece ser que Sergei era un pianista excelso, quizás el mejor que se conoce en grabaciones. En su excelencia se cita la ausencia de adornos, trampas y florituras; no me extraña que así fuera -sinceramente, yo carezco de la capacidad apreciativa- leyendo su biografía, mirando sus fotografías. De él me encantan sus ojos y el matiz que va cogiendo su cara con el paso de los años. Konstantín capta esto a lo que aludo al milímetro, asunto bien difícil, que pintar es captar y reproducir. El retratado y el retratista murieron con la misma edad, por cierto (69). Tenían, me da, un aire en común; sin embargo, K. no soportaba Estados Unidos -país que declaró incompatible con su temperamento artístico, leo- mientras que S. vivió allí sus últimos años. Aquí hay varias obras del citado. Abajo dejo una que me fascina -la pintura retrata bidireccionalmente-.

La filogenética de K. es de homilía.
Lo de Rusia no tiene nombre.
Se ha volado una camisa -hace viento-.







nocturno de día



manos adormecidas

Lo de las manchas que no saltan es algo excelso.
Cielo raso. Sol. Luz.
La ventana es un buen lugar para escapar.
Toda la vida echando de menos.



abajo la isoglucosa

Hoy recordé en varios, demasiados, momentos este tema de Javier:



Diego, a lo suyo, que es romper con sentido. Tela.



Por otro lado, él mismo pone el acento en algo que sostengo desde hace tiempo en esta entrevista de la cual dejo un extracto al respecto:

No veo por qué los poe­tas se adju­di­can una supe­rio­ri­dad sobre los letris­tas de can­cio­nes. Yo lo hablé con Ángel Gon­zá­lez y me dijo: “Tie­nes toda la razón, la poe­sía no es can­ción y la can­ción no es poe­sía. Yo he inten­tado escri­bir can­cio­nes y no me salen”. Pero claro, como son parien­tes, luego puede venir Paco Ibá­ñez y hacer unas can­cio­nes muy boni­tas con los poe­mas, pero en gene­ral, se nota que son poe­mas. Ade­más, yo no escri­bi­ría como escribo si hiciera poe­sía, no soporto la rima, a estas altu­ras del siglo XX… Aún no pode­mos decir XXI, por­que esta­mos empezando.

Sus reflexiones sobre el deporte, de brillantes al hiperespacio:

Gabriel y la supremacía


Cuando vi por primera vez a Gabriel yo debía tener unos veintipocos y él cuarenta. Yo tengo ahora cuarenta y ocho y él sesenta y dos en lo último que le acabo de ver. Y la sensación es muy similar, matizada por los años. Gabriel se me representa como la inteligencia melancólica. Ya me lo pareció en aquella Muerte entre las flores, en cuyo personaje se aunaban estas características que yo le atribuyo al actor, y me lo parece ahora, en Secret State, donde el personaje que interpreta es un ser abocado al romanticismo clásico. Ese ser, por cierto, no es más que el Primer ministro británico, ahí es nada.
En Secret State, si hay algún pero, es el de por qué no alcanzar la absoluta y definitiva excelencia, por qué no hacer un 10 de Nadia. Y es que conforme avanzan las cuatro horas que dura el asunto, el alejamiento de lo creíble aumenta. Una pena porque, por lo demás, la cosa es de un calado insólito. La vuelvo a ver por segunda vez en tres días y se me acrecienta el calado.
El amigo borracho y fiel posee una interpretación escalofriante. El jefe del grupo parlamentario es la escuela inglesa en puridad. Y Gina es, qué decir de Gina.







BBC que estás en lo cielos

Aquí hay una reseña en inglés, y aquí en español de lo que voy a esbozar. Seis capítulos de menos de una hora. Las miserias del sistema, el periodismo, la política, el amor, la ambición, los vicios privados, las virtudes públicas. Una tropa soberbia capitaneada por el inefable Bill y con la retorcida y brillante cabeza de Paul Abbott como pergeñador.
La BBC avaló el asunto.
Estamos a años luz en una sima.


precios

Hace cerca de un año hablé aquí de una serie adorable en su cinismo donde coincidían tres piezas maravillosas: ella, él y su madre, la de él. Hoy, leyendo The Guardian, cosa que he empezado a hacer desde hace poco y que debería haber hecho hace mucho, me he encontrado con un artículo donde ella, Sharon Horgan, habla de la recién finada madre de él, Carrie Fisher. El artículo es de un estilo acorde con.
Sharon explicita algo que si se le sigue mínimamente a nivel profesional se sabe implícitamente.
Pues eso, todo maravilloso, salvo que Carrie se fue y no hay relevos porque hace tiempo que nadamos en piscinas sin agua.
El artículo completo está aquí. Lo que sigue es un trocito.

But who would want to do anything but listen to a lady like her with a life like that? It was, as she described it, something of a soap opera. She was no ordinary celebrity. She was, she said, Mickey Mouse. Everybody owned a piece, or felt they had the right to a piece. But the beautiful truth about Carrie is that she was genuine. She knew her talents, she knew her cultural importance, but she was humble, too. She didn’t have to feign her modesty. Her modesty and insecurity were part of her makeup. She was so real that it was almost dangerous. Actually, it was dangerous. Because she didn’t play the game. She said what she thought and, in an industry where that’s not always welcome, it sometimes came back to bite her. But she couldn’t help herself. She had very little filter.