Tanto en este cuaderno como en el anterior he considerado muchas veces el sempiterno tema de definir la poesía, de tratar de expresar de qué va el asunto. Roberto, con su brillantez habitual, nos ofrece un tiro certero al respecto:
La poesía entra en el sueño
como un buzo en un lago.
La poesía, más valiente que nadie,
entra y cae
a plomo
en un lago infinito como Loch Ness
o turbio e infausto como el lago Balatón.
Contempladla desde el fondo:
un buzo
inocente
envuelto en las plumas
de la voluntad.
La poesía entra en el sueño
como un buzo muerto
en el ojo de Dios.
Roberto Bolaño
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