VII
En nuestro fin empiezan
los dietarios, de pronto las aceras
sin portales, tranvías que no van
a alguna parte, semáforos
que urgen
noches sin adjetivar
gentes de siempre, otra vez
la sonrisa social que no necesitamos
ahora, el buenos días sin piedad
a la orilla del teléfono
partirán
balandros con regreso, besos quizá
bajo pérgolas, lento jazz, petirrojos
que cantan en diciembre
o amor
en habitaciones con lirios apagados,
de vez en cuando el corazón
falseará un latido
donde habita el olvido temblarán los jaramagos, ruinas
de esta habitación, no quedará piedra
sobre lirio
ni siquiera miedo a perder
algo
porque en nuestro fin empieza todo
lo que de gris ayer vestimos, los días
ordenados, dispuestos como un ejército
pequeño siempre derrotado
de siempre
el esperado día sin retorno, éste tal vez
éste si tú quieres,
indefenso como un mito.
Manuel Vázquez Montalbán
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