Ah, que bueno que ya todo terminó
tendrá que perdonar, querido amigo
pues quisiera buscar el mar
quisiera decirle que me he perdido
me he perdido
tendrá que perdonar, querido amigo
pues quisiera buscar el mar
quisiera decirle que me he perdido
me he perdido
ah, qué raro se hace el verte por aquí
jamás te había visto tan perdido
quizá te pueda ayudar
quizá yo pueda encontrar el camino
el camino
jamás te había visto tan perdido
quizá te pueda ayudar
quizá yo pueda encontrar el camino
el camino
por más que lo he intentado siempre fracasé
y es como buscar aquí y en ninguna parte
aquí y en ninguna parte
y es como buscar aquí y en ninguna parte
aquí y en ninguna parte
ah, recuerdo que me hablabas de los Seeds
de algún que otro grupo americano
con quien disfrutar la luz
para comprender que tú no eres malo
no eres malo
de algún que otro grupo americano
con quien disfrutar la luz
para comprender que tú no eres malo
no eres malo
De mi amigo Andrés García Cerdán, que hace muy poquito ha publicado en visor poesía su "Defensa de las excepciones". Muy recomendable.
ResponderEliminarLOS OTROS
Contra la horrible semejanza
de todo
oponemos el cuerpo,
donde aún pasan cosas increíbles.
Contra el orden que duele,
contra la abulia,
contra la corrección insoportable
oponemos el cuerpo, donde
aún
caben la vida entera
y la íntima contradicción
que nos hace crecer a despecho de todo.
Contra todo, este mínimo artefacto de amor.
A la repetición sin alma,
sin límites
de tanta inmensa nada,
a lo masivo,
a su penosa inercia,
nuestro deseo de beber
las aguas
salvajes de los ríos.
Contra esta infame inclinación
a ser lo mismo una y otra vez
para la nada,
para lo mismo,
contra esta sangre inútil y conforme,
la sed, la fe.
Pertenezco a ese número de hombres
–no tan distintos en verdad,
sino tal vez con cierta tendencia a los milagros,
al lujo, al desencanto–
que han hecho del oficio
de libertad su distinción. Los que
huelen en el aire un peligro
y lo celebran.
Los que dicen que no,
que ellos no.
Los que miran con otros ojos
una misma ciudad. Los que
predican una forma oblicua de vivir.
Con qué lujuria
hemos roto las puertas.
Con qué amor hemos recibido
el golpe de los aires en la cara.
Procuramos nadar con elegancia
en el caos de la mediocridad
y hervir en la belleza de un momento único.
Nos enaltece el extrarradio.
No nos rendimos nunca.
Nos debatimos día y noche en la rareza.
Somos los otros.
Muchas gracias. A ti y a tu amigo. A tu amigo por escribirlo y a ti por traerlo y traerte.
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